A los quince años, Anne Carson ( Toronto, 1950) era una chica inteligente y profundamente aburrida en una pequeña ciudad de la región de Toronto. Se hace largo solamente de pensarlo: horas que van cayendo como cáscaras de pipa, recorridos interminables por los pasillos del instituto y compañeras abocadas a un embarazo prematuro… Carson, que así la llamaban en clase y fuera de ella, no respondía al perfil habitual de los fines de semana, era una sabionda, arisca, te respondía con rapidez y de forma tajante antes de que acabaras de soltar una memez y andaba a menudo con libros raros, antiguos. «Cuando doy vueltas por mi mente, no me topo con una frontera entre lo antiguo y lo moderno: Sófocles y mi madre están juntos, uno al lado de la otra». Si hablamos de un paisaje continuo en el pensamiento, ¿por qué no debería ser lo mismo en la escritura?, se pregunta Anne Carson. Y lo es en su peculiar modo de concebir cada libro como una constelación de textos diversos que gravitan en torno a un pensamiento central. Anne Carson puede que sea un exoplaneta en en el universo de la literatura contemporánea.
La sensación de movimiento que transita por cualquiera de sus libros establece un efecto visual que, a su vez, afecta al ritmo con el que su pensamiento impacta en la mente del lector. Desde mitad de la década de los noventa, Anne Carson tensa los límites de cada libro que compone, porque eso es lo que hace al fin y al cabo, componer libros. Además de La belleza del marido, se han traducido al español Hombres en sus horas libres (Pre-Textos, 2007), en traducción de Jordi Doce, en el que caben entrevistas, epitafios, proyectos de guion y variaciones sobre textos clásicos o sobre cuadros de Edward Hopper; Autobiografía de Rojo (Pre-textos, 2016), también en traducción de Jordi Doce, que hunde sus raíces en la mitología griega, el monstruo Gerión en concreto, para contar una historia de amor adolescente en plena época actual; Decreación (Vaso Roto, 2014), traducción de Jeannette L. Clariond; Eros. Poética del deseo (Dioptrías, 2015), traducción de Inmaculada C. Pérez-Parra, primer libro escrito por Carson y en el que adapta su tesis doctoral; Nox (Vaso Roto, 2018), una vez más en traducción de Jeannette L. Clariond, una elegía a la muerte de su hermano que toma como referente el poema 101 de Catulo para tensar los límites del artefacto llamado libro en un compendio de fotografías, cartas, manuscritos, dibujos y collages, y Flota (Cielo eléctrico, 2019), en traducción a dos manos de Jordi Doce y Andrés Catalán, una joya inagotable compuesta de diversos cuadernillos. Recientemente se ha publicado también Agua corriente (cielo eléctrico, 2021) en edición bilingüe de Andrés Catalán, uno de los mejores traductores de poesía contemporánea en lengua inglesa y a quien debemos también magníficas versiones de Louise Glück. Agua corriente incluye “Tipos de agua”, el personal camino de Carson hasta Santiago de Compostela en un texto que es un diario de su andadura, al menos en apariencia, pro también un ensayo y, sobre todo, un poema. Incluye, por ejemplo, un poema, texto o lo que sea, titulado Unas pocas palabras sobre la lluvia cuyo final me ronda desde hace días:
“Estaba oscuro, más negro que las aceitunas la noche que me marché. Mientras corría dejando atrás los palacios, extrañamente feliz, empezó a llover. ¡Qué concepto, después de todo, estas pequeñas formas! Me perdería contándolas. ¿Quién sería el primero que pensó en ello? ¿Cómo se lo describiría a los demás? Mar adentro también llueve. No cae sobre nadie”.
Una obra ecléctica la suya, mezcla de ensayo, narración y verso, como se insinúa desde el subtítulo de La belleza del marido, cuya edición original data de 2001 y consagró internacionalmente a su autora. Publicado en España bajo traducción de Ana Becciu en 2003, Lumen lo reedita en 2019 con prólogo y versión nueva de Andreu Jaume y un añadido de notas a la edición anterior.
Una manera rápida de acotar esa amplitud de perspectiva con la que Anne Carson afronta cada libro sería con un pie de foto: “Anne Carson, artista de vanguardia con formación clásica”. Estudia Lenguas Clásicas en la Universidad de Toronto y posteriormente se doctora en St. Andrews, Escocia, con una tesis sobre Safo. Esa pasión por el mundo clásico se despierta ya a los quince años, un caso tan raro entonces como ahora, imagino. En una pequeña librería se encuentra por casualidad con una edición bilingüe de los poemas de Safo y su vida quedaría marcada por ese encuentro. Vislumbra en esas páginas una yuxtaposición determinante para su futura obra. La visión de las dos páginas enfrentadas, una con el texto original, impenetrable, pero de gran belleza visual, y en la otra esa fragmentación del texto “roto” de Safo, configura, en cierto modo, el germen de una poética singular que opera por ósmosis: “Me considero más una artista de la imagen que de la palabra. Me imagino que las cosas son dibujos. Para mí las ideas son imágenes y las frases abstracciones de ideas que se concretan gracias a la gramática y a la sintaxis”.
Sin llegar a ser su libro más atrevido desde el punto de vista formal, La belleza del marido responde a esa forma tan ecléctica de concebir la escritura que comentaba más arriba. Se trata de un ensayo, pero es ficticio y se organiza en veintinueve poemas a ritmo de tango. La dimensión analítica, presente en toda la obra de Carson, se proyecta mediante un argumento narrativo sustentado en la historia íntima de una mujer que cuenta en primera persona el derrumbe de su matrimonio, diluido, dicho argumento, en esa alusión al tango como configurador rítmico del poema. La historia del matrimonio se cuenta a través de diversas secuencias cotidianas que, mediante saltos en el tiempo, se inicia en la adolescencia, se confirma en una boda temprana y acaba en divorcio debido a las constantes infidelidades del marido. Pero el motor de esa voz íntima que testifica su desintegración romántica será la belleza del marido y el deseo que esta suscita: “La belleza. No tiene mucho secreto. No me da vergüenza decir que le amé por su belleza. / Como volvería a hacerlo / si se acercara. La belleza convence. Ya sabes que la belleza hace posible el sexo. / La belleza hace al sexo, sexo”. Carson inicia cada poema con una cita de Keats en una indagación personal del binomio belleza y verdad. El libro recorre la historia de ese matrimonio desde la perspectiva de una mujer que, en palabras de Andreu Jaume, no da nada por sentado y pone en tela de juicio la naturaleza misma del lenguaje. Una mujer que acepta su propia condición femenina sin impostar en ningún momento una superioridad ideológica, Disecciona su sufrimiento y expone sin pudor sus motivaciones como esposa apoyándose con frecuencia en referencias literarias y culturales. Anne Carson también acostumbra a utilizar procedimientos del azar en sus producciones y La belleza del marido no es ajeno a ese juego que la autora tanto admira en la música de John Cage, porque “te hace escuchar el espacio entre las cosas o la atmósfera alrededor de las cosas”. Casi nada.

La belleza del marido
Un ensayo narrativo en 29 tangos
Anne Carson
Traducción y prólogo de Andreu Jaume
Lumen, 2019
240 páginas

Agua corriente
Anne Carson
Traducción de Andrés Catalán
Cielo eléctrico, 2021
416 páginas